Barcelona transformó mi vida
- Simón Villalobos
- 23 abr
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 25 abr
Una experiencia sobre cultura, vocación y transformación personal

Si bien no fue mi primer viaje al extranjero, el hecho de trasladarme a vivir a Barcelona en 2020 marcó un punto de inflexión en mi vida. No fue solo un cambio de país, fue el inicio de un proceso transformación personal que redefiniría mis convicciones, mi vocación y mi manera de ver el mundo.
A mediados de 2020, trabajaba hace 3 años como planificador urbano en el Gobierno Regional de Santiago de Chile. Ejercía como asesor de políticas públicas en las comisiones de Ciudad y Medio Ambiente, aportando al desarrollo de diversos proyectos en la región. Si bien era un rol desafiante, estable y bien posicionado dentro de la administración pública; una inquietud silenciosa me acompañaba: ¿estaba realmente desarrollando todo mi potencial?, ¿estaba alineado con lo que verdaderamente deseaba aportar al mundo?
Fue en medio de la pandemia, a mediados de 2020, cuando surgió la idea espontánea de postular a una universidad en Europa. En cuestión de semanas, mi vida dio un vuelco. Sin grandes planes ni expectativas, fui aceptado en la Universitat de Barcelona, España, para cursar un Máster en Políticas Públicas y Sostenibilidad; y aquello que comenzó como una oportunidad profesional y una decisión pragmática, se convirtió en una experiencia profundamente transformadora.
Descubriendo dimensiones (ocultas) de mi vocación
Desde el primer momento en que llegue a Barcelona, su energía cultural y humana me impactó. Empecé a vivir en un entorno donde, literalmente, diversos rostros del mundo se cruzaban y encontraban en cada esquina. En el aula del Master tenía la oportunidad de compartir con compañeros y compañeras de América Latina, España y Cataluña (que dentro de España es un mundo paralelo). Esta diversidad me enseñó que los desafíos sociales y ambientales tienen muchas aristas (más allá de lo gubernamental, como acostumbraba), y que por tanto sus soluciones también podían ser, y son, culturalmente sensibles.
Al año siguiente, trabajé en el Departamento de Sostenibilidad y Territorio de la Generalitat de Cataluña, donde pude conocer “desde adentro” cómo se articula la planificación y el desarrollo urbano de una ciudad tan compleja y vibrante como Barcelona. Sin embargo, lo más potente de esta experiencia para mí, no provenía de los avances de su administración pública, sino más bien de la riqueza arquitectónica de sus calles, la energía humana de sus mercados y la diversidad intercultural de sus centros culturales; siendo no por nada conocida como “La Ciudad de Gaudí” o “La Perla del Mediterráneo”.
Barcelona me permitió reconectar con un tipo de aprendizaje que va más allá de cualquier libro o documental: “ese aprendizaje” cultural y experiencial. Lo que viví ahí me hizo cuestionar si mi vocación estaba limitada a los marcos del urbanismo convencional, y la cuestionable “bien ponderada” adaptación de la persona al mercado laboral tradicional. Fue en Barcelona que comenzaría una incansable búsqueda del verdadero sentido de la vocación. Mas adelante, al final de este relato, te compartiré cual fue mi descubrimiento.
El poder de la cultura y la interculturalidad
Uno de los grandes regalos de Barcelona fue su inagotable oferta cultural. Tenía la posibilidad de asistir cada semana a centros culturales, con exposiciones y eventos de calidad mundial. Esta constante fue calando en mí, sin que lo notara de inmediato.
Por otro lado, vivir en una ciudad con personas migrantes del norte de África, del este de Europa, América Latina y diversos rincones de Asia me permitió comprender -vivencialmente- el valor de la interculturalidad como una gran riqueza para la prosperidad de las ciudades, así como para el desarrollo personal. Barcelona me enseñó que las ciudades no solo se planifican urbanísticamente, sino que también se viven, se sienten y sobre todo se transforman indómitamente, a través de las culturas que las habitan. En este contexto, me atrevo afirmar, como planificador urbano y viajero, que las ciudades mas prosperas del mundo de seguro también son las mas interculturales, tales como New York, Londres, Bangkok, Tokio y por su puesto también Barcelona.
Me es importante comentar que muchas de estas vivencias no produjeron en mi un cambio inmediato, sino que fueron decantando con el tiempo. La transformación que experimenté en Barcelona se desarrollaría con el tiempo, varios meses incluso años después, al regresar a Chile. Comprendí que a veces el verdadero aprendizaje de una experiencia internacional llega cuando uno está a la distancia necesaria para apreciarla en perspectiva.
Cultura y Natura
Otra experiencia profundamente simbólica fue visitar Sevilla y Granada, dos ciudades que profundizaron aún más este mi transformación personal, durante mi experiencia en España.
En Sevilla, la relación de la ciudad con el río Guadalquivir me permitió observar cómo el entorno natural puede integrarse armónicamente con el tejido urbano-cultural. Mientras que, en Granada, tuve la oportunidad de visitar la Alhambra (con no mas de 14 personas, pues estábamos en plena pandemia); descubriendo por primera vez cómo se entrelazaron con gran magnitud las herencias árabe y cristiana, revelando una vez más la historia como un mosaico intercultural, que no siempre en la actualidad logramos valorar. En estas ciudades andaluzas, me conmovió ver cómo el paisaje, la arquitectura y la espiritualidad pueden dialogar, con gran armonía.
Este viaje me demostró que es posible encontrar una conexión sutil pero poderosa entre cultura, naturaleza y propósito personal. Comprendí que mi vocación no debía estar atada únicamente a planificar ciudades en una institución, sino a crear y desarrollar proyectos que podían integrar historias, diversidad cultural y sostenibilidad. Ahí emergió mi interés por explorar cómo las ciudades y sociedades del mundo enfrentan el cambio climático no solo desde la tecnología, sino también desde el rol de la cultura.
La puerta que se abrió
Después de vivir y experimentar cerca de un año Barcelona, en los planes iniciales se suponía que regresaría a Chile (…). Sin embargo, la curiosidad de seguir explorando culturas lejanas y diferentes a mi realidad ya había despertado y estaba listo para ir por más. Luego de Barcelona, junto con mi esposa nos trasladaríamos a vivir a Liverpool, Reino Unido y a Estambul, Turquía, recorriendo además Grecia, Italia, Irlanda, Alemania, Hungría y Egipto. Así, es que volvimos a Chile no al año sino prácticamente tres años después, pero todo eso son otras aventuras que contaré más adelante.
Sin saberlo ni proponérmelo, la capital de Cataluña me abrió la puerta al mundo. Me dio las herramientas y la confianza para mirar más allá de mis propias fronteras personales y profesionales. Hoy, cuando miro hacia atrás, veo ese año en Barcelona como un punto de inflexión que me enseñó a dejarme sorprender, a escuchar mi intuición, y a descubrir dimensiones de mí mismo que no sabía que existían. En ese sentido, desde Barcelona comenzaría un efecto de bola de nieve que, con el paso de los años siguientes, me llevaría a descubrir que mi rol y propósito de vida es básicamente "ser un puente” entre las diversas ciudades y culturas del planeta.
Desde Barcelona y junto a otras experiencias en Europa y Medio Oriente, casi sin darme cuenta, se comenzó a gestar la idea de lo que hoy son mis proyectos de vida en cuanto a vocación, mi marca personal “Simón Villalobos” www.simonvillalobos.com y mi empresa “ASLAN MAVI – Ciudades y Culturas del Mundo” www.aslanmavi.com, una agencia dedicada a potenciar ciudades sostenibles, como tantas otras, pero con un enfoque especial: “la cooperación intercultural”, en palabras sencillas, la buena voluntad y sinergia entre las culturas del mundo.
Espero que toda esta experiencia que te acabo de compartir te invite a no siempre conformarse y a soñar y proyectar cada vez más alto, ya que cuando, alineado a tus intereses y habilidades, logras descubrir tu vocación y propósito de vida, solo el cielo es el límite.
Te adelanto desde ya que mi próxima publicación será mi experiencia viviendo en Liverpool y recorriendo diversas ciduades de Reino Unido.
¡Nos vemos!
Simón Villalobos
Agradecimientos:
Sol, mi esposa, con quien nos embarcamos en esta gran aventura
Aleix, mi gran amigo que conocí en Barcelona, cuya amistad perdura hasta hoy
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Simón Villalobos, SPEAKER "Conectando culturas para el desarrollo sostenible del mundo"
SIMÓN VILLALOBOS
Instagram: @simon.4theplanet
ASLAN MAVI - Ciudades y Culturas del Mundo
Web: www.aslanmavi.com
Instagram: @aslanmavi_com
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